El otro Río olímpico, una crónica desde el interior de la favela

01/02/2016

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La conocida ciudad brasileña se prepara para el evento mundial más importante del año. A seis meses de su comienzo, nos adentramos con un equipo de Informe Semanal de TVE en la otra realidad de Río

El primer pensamiento cuando uno habla de Río de Janeiro es que el sol te acompañará durante todo el viaje, nada más aterricar una fina lluvia nos recibe. Es 17 de enero y empezamos siete días de rodaje con un equipo de Informe Semanal.

La impresión inicial es de interminables obras públicas: carreteras, puentes, túneles…, la obra del metro paraliza la zona oeste de la ciudad, justamente nuestro camino hacia Cidade de Deus, mítico barrio de la zona de Jacarepaguá a dos kilómetros del principal parque olímpico de los Juegos, y que se hizo famoso en 2002 con el filme de Fernando Meirelles. Más allá de la película, Cidade de Deus es un barrio que cuenta con zonas pacificadas y sin pacificar, sigue habiendo presencia del narcotráfico y de la milicia, y la Unidad de la Policía Pacificadora (la conocida UPP) intenta controlar al menos las zonas pacificadas. Taquera, Tanque o morro de Covanca son escenarios diarios de las noticias del matinal de GloboTV sobre enfrentamientos o intervenciones del BOPE (batallón de operaciones policiales especiales). Nos encontramos en la delgada línea entre realidad y ficción.

Entre medias, la “Casa de Derechos”, un oasis de justicia en medio de la exclusión social si no fuera porque su concepto, sus servicios integrados y su compromiso social y político, han convertido a la Casa de Direitos (en brasileiro) en un modelo de acercamiento de la ciudadanía y la justicia a la población vulnerable. Un proyecto que ha venido para quedarse en el Estado de Río y otros Estados del país (en Maceió, Alegoas, ya hay una réplica). La imagen de Ciudad de Dios cambió sin lugar a dudas con la película, de hecho Obama visitó el barrio en 2011; sin embargo, la vida de sus moradores puede ser mejor si tienen la oportunidad de resolver sus conflictos, denunciar el tráfico de personas o la explotación laboral, recibir atención jurídica para casos de violencia de género, o lo que parecería sencillo en cualquier otro lugar, conseguir la documentación que les permita ser una persona registrada ante el Estado.

“Aunque estamos en una zona pacificada, algunas veces hay enfrentamientos entre narcos y milicia, pero jamás una bala ha impactado en la Casa de Derechos”, cuenta una usuaria reconvertida a agente comunitaria. Aquí, en Cidade de Deus, zona apartamentos, todos respetan la Casa de Derechos, una realidad que veremos próximamente en la pequeña pantalla.

Parada de Lucas inaccesible

Quarta feira, miércoles, sigue lloviendo en Río y nos dirigimos al norte de la ciudad, allí nos espera Marcelle, que colabora con la Secretaría de Justicia de Río, forma parte del grupo Fórum de Juventudes do Rio de Janeiro y es voluntaria de Amnistía Internacional. En su camiseta se puede leer el siguiente lema: “o futuro da favela depende do fruto que tu for plantar” (el futuro de la favela depende del fruto que tú vas a plantar).

En Brasil hay un grave problema de violencia contra la juventud negra que se hace más crítico en los barrios, comunidades o favelas vulnerables como las que visitamos en Río. Datos oficiales dan una posibilidad 3,7 veces mayor de que un joven negro sea víctima de violencia frente a un joven blanco.

Parada de Lucas es el nombre de una estación de tren que da nombre a la favela que se levanta a sus pies. Con Marcelle intentamos entrar en sus calles sin pacificar, a los 20 metros algunos moradores nos lo desaconsejan, 20 metros más adelante son los vigilantes del narcotráfico quienes nos disuaden de nuestro intento. Es una favela sin pacificar, a la primera no es fácil entrar. Sus calles son escenarios de violencia racial. Al menos seis personas murieron al día en enfrentamientos con la policía brasileña en el año 2013.

El 4 de enero de 2016 fue publicada en el Diário Oficial da União una resolución conjunta del Consejo Superior de Policía por la que se abolió el uso de  los términos “auto de resistencia” y “resistencia seguida de muerte” en los atestados policiales de todo el territorio nacional. El auto de resistencia consiste (o consistía) en la autorización legal de que los agentes policiales puedan terminar con vidas en casos en los que el individuo objeto de la acción policial ofrece resistencia, eximiendo al agente de cualquier tipo de investigación con respecto a la legalidad de esa conducta.

Por primera vez se está tratando en Brasil la cuestión de la violencia contra la juventud negra como política pública en el sistema de justicia, poniendo en agenda el tema de la discriminación racial.

“Sou brasileira”

El cuarto día de rodaje nos plantamos en el centro urbano de Río de Janeiro para conocer la Justicia brasileña desde sus entrañas: el Tribunal de Justicia del Estado de Río. En la undécima planta se ubican los juzgados de violencia de género. 

Una joven negra acaba de salir de una de las salas, conoce su sentencia, serena, responde “estou bem, sou brasileira”. Esa misma tarde vuelve a su puesto de trabajo como empleada de limpieza urbana, justo en la avenida donde se levanta la sede de Petrobras en Río.

El problema de la violencia contra las mujeres en Brasil es impactante: 4,8 feminicidios por cada 100.000 habitantes (fuente Flacso), ocupando el quinto lugar mundial en la desoladora lista elaborada por la OMS. El Ministerio Público en coordinación con la Policía está incorporando la perspectiva de género en la investigación de los delitos de violencia contra las mujeres para luchar de forma efectiva contra la impunidad de la violencia de género y garantizar la adecuada protección y reparación de las víctimas.

Fuego olímpico

Diferentes formas de justicia que veremos desde el objetivo de una cámara de Televisión Española, pero todas con un elemento común, hacerla universal y accesible a todas y todos los brasileños.

El 5 de agosto de 2016, la antorcha olímpica se encenderá en el mítico estadio de Maracaná dando inicio las XXXI Olimpíadas de la era moderna, a esa misma hora atardecerá para todos los protagonistas del reportaje en Ciudad de Dios, centro Río, Parada de Lucas o morro de la Providencia. Dieciséis días después, Río amanecerá sin Juegos Olímpicos, y sus vidas continuarán luchando por sus derechos.

Enrique Martínez, periodista, responsable de comunicación de EUROsociAL