La conciencia fiscal en El Salvador comienza en las escuelas

19/06/2015

Imprimir

El pago de impuestos se considera con frecuencia una obligación a eludir antes que un deber cívico. Los Ministerios de Hacienda y de Educación buscan caminos para romper este círculo: la educación fiscal es uno de ellos.

Descendemos desde San Salvador al Puerto de la Libertad, a 32 kilómetros de la capital. El municipio es un ejemplo de los esfuerzos del país centroamericano por generar espacios de convivencia y servicios públicos de calidad. Su malecón cuenta con un agradable paseo marítimo, un anfiteatro para eventos culturales y numerosos puestos de gastronomía y artesanía. Las familias pasean, frecuentan los restaurantes y disfrutan de vistas panorámicas del océano Pacífico. Los turistas hacen surf. El alumbrado llega a las zonas más deprimidas.

Disfrutar de espacios públicos no es fácil en un país con altos índices de violencia y amplias brechas sociales. Los sectores con mayores ingresos optan por escuelas y hospitales privados; tampoco se comparten los ámbitos residenciales o de ocio. La falta de recursos del Estado salvadoreño acentúa esta situación. El pago de impuestos se considera con frecuencia una obligación a eludir antes que un deber cívico. La falta de compromiso y la desconfianza en las autoridades crean un círculo vicioso. Los Ministerios de Hacienda y de Educación buscan caminos para romper este círculo: la educación fiscal es uno de ellos.

Juan Carlos Ibarra, profesor en el Instituto Nacional del Puerto de la Libertad, nos abre su aula. En 2009 cursó durante tres meses un Diplomado de Educación Fiscal. Ese año la temática fiscal fue incluida por primera vez en los programas oficiales de estudio. Se desarrollaron materiales educativos, cursos de formación de docentes, espacios lúdicos y una semana de la cultura tributaria. El Programa de cooperación de la Unión Europea para la Cohesión Social en América Latina, EUROsociAL, dio respaldo técnico y financiero a ese proceso; seis años después, volvemos a La Libertad para ver los frutos.

Juan Carlos manifiesta que, al principio, fue complicado. “Porque a uno, siendo ya adulto, no le gusta que le hablen de impuestos”, confiesa. Sin embargo, el resultado final fue satisfactorio: “Logré comprender, al igual que mis compañeros, la importancia de tributar. El país lo necesita, las comunidades lo necesitan. Los conocimientos tributarios que aprenden mis estudiantes son además de gran relevancia para su futuro profesional”.

El profesor Ibarra, como miles de docentes, promueve la cultura fiscal de manera creativa: “Intento que no sea solo técnico, lo vinculo a la realidad, y al final los estudiantes entienden que el pago de los impuestos está relacionado con el respeto a los bienes públicos”. Ibarra pide a los estudiantes que reflexionen sobre la importancia de preservar los materiales e instalaciones de la escuela y no dañar las farolas en el Puerto de la Libertad, farolas que llevan el alumbrado a las zonas más pobres gracias a la solidaridad de todos, y que cuiden las jardineras del paseo marítimo, algunas ya quebradas.

Nos presentan a seis estudiantes que han cursado el Diplomado de Educación Fiscal. Se apasionaron con el tema y ahora, meses después, promueven de manera voluntaria iniciativas cívicas dentro y fuera del Instituto. En un programa de radio difunden sus conocimientos sobre tributación y ciudadanía. Reparten carteles y folletos en los parques, investigan en la alcaldía sobre el destino de los impuestos. Estudian los motivos que llevan a la gente a no pagar tributos. Tienen una página en Facebook y reconstruyen zonas dañadas de su escuela. Su próximo proyecto es dar charlas en otros siete colegios.

Diego es uno de esos estudiantes: “Antes no teníamos conocimiento de lo que era la educación fiscal ni los impuestos, tributos y tasas municipales que se cobran en el país y su destino e importancia para toda la población. Es fundamental que los funcionarios públicos sean conscientes del rol que todos los ciudadanos desempeñan para que los impuestos puedan llegar al Estado, ya que tenemos muchos problemas de educación y salud; los funcionarios deben actuar en conciencia y hacer un buen uso de lo que tributamos”.

Su compañera Deyna nos habla del programa de radio: “Además de a nuestros padres y compañeros, con el programa queremos expandirnos, queremos llegar a todas las personas del Puerto de la Libertad, que se den cuenta de la importancia de impuestos y que los adultos lo pongan en práctica. Nuestro programa es dinámico, para que así las personas interactúen con nosotros”. 

Muchos institutos del país son vulnerables a la violencia y los estudiantes afrontan tanto los problemas sociales como las dificultades económicas de sus propias familias. La delincuencia vinculada a las bandas afecta a los centros escolares y, en ocasiones, como sucede en el Instituto de La Libertad, obliga a la presencia de las fuerzas armadas. A pesar de todo, estos jóvenes están motivados para cambiar sus condiciones de vida, para hacer un país mejor.

Abandonamos el Instituto de La Libertad, cuyo acceso custodian cuatro militares armados, una escena que contrasta con el mural escolar del muelle de La Libertad, lleno de colores vivos del atardecer.

DATOS EN EL SALVADOR Y APOYO DE EUROsociAL EN EDUCACIÓN FISCAL:

  • El Salvador, uno de los países más pobres de América Latina, tiene una carga fiscal baja, del 14,9 % del PIB frente al promedio de la región del 19,4%, el cual equivale a la mitad que el de los países de la OCDE (OCDE, 2013).
  • Según el Latinobarómetro de 2010, los salvadoreños piensan que sólo el 49 por ciento de los ciudadanos del país paga debidamente sus impuestos.
  • Entre 2008 y 2009, durante su primera fase, EUROsociAL apoyó a El Salvador en el diseño de su Programa de Educación Fiscal, con un proyecto piloto que impulsó la inserción curricular de esta materia, la creación de una unidad de educación fiscal, la elaboración de materiales didácticos, la definición de estrategias de capacitación docente y la construcción de un espacio de juegos en el Ministerio de Hacienda.
  • Cada año, 994.019 estudiantes salvadoreños abordan temas de educación fiscal en enseñanza básica y media (MINED, 2014).
  • Desde 2009 se han graduado 681 docentes en el Diplomado de Educación Fiscal, cuya duración es de 3 meses. Estos docentes han transmitido sus conocimientos a 110.840 estudiantes de educación media técnica. El Diplomado ha sido cursado directamente por 300 estudiantes (MINED, 2014).
  • En 2011, el Programa de Educación Fiscal fue galardonado con el premio a las buenas prácticas “ES-CALIDAD”, otorgado por la Presidencia de la República. Hoy día, este programa se ha convertido en un referente internacional.
  • En su segunda fase, EUROsociAL está respaldando a El Salvador en la inserción de la educación fiscal en tres universidades del país; además, se ha creado un nuevo Diplomado de Educación Fiscal, transparencia y acceso a la información y se ha impulsado un Convenio entre los Ministerios de Hacienda y de Educación.

 

Por Borja Díaz Rivillas, Técnico Senior FIIAPP del Programa EUROsociAL