El derecho a la salud es fundamental para un desarrollo sostenible, una mejor calidad de vida y el bienestar de todos. La contribución de los sistemas de salud a la cohesión social depende en gran medida de la equidad de dichos sistemas en sentido amplio, es decir, no limitada solamente al acceso a los servicios de salud, sino la equidad entendida como grado deseable y factible de igualdad en el disfrute de facto del derecho a la salud, en el cual influyen otros muchos componentes, como por ejemplo los determinantes sociales o medioambientales.
En la última década, la equidad se ha puesto en el centro de la agenda internacional en materia de derecho a la salud, y la mayoría de los países, tanto en Europa como en América Latina, la han integrado como principio orientador de sus políticas nacionales. El desafío ahora es hacerlo efectivo, pues pese a los avances en la ampliación de los sistemas de salud, las desigualdades siguen marcando el acceso de determinados colectivos a los servicios de salud.
La equidad en salud contempla tres dimensiones: la equidad en el estado de salud de las personas; en el acceso a servicios y tratamientos; y en el financiamiento. El programa EUROsociAL acompaña políticas que abordan las dos primeras dimensiones. Por un lado, apoyando iniciativas de medición y vigilancia de la equidad en salud, con especial enfoque en los determinantes sociales de la inequidad. Por otro lado, abordando la mejora de la equidad en el acceso a los servicios de salud en dos de sus componentes: los recursos humanos, pieza fundamental para integrar la equidad en el diseño y la implementación de las políticas de salud; y los medicamentos, apoyando las políticas de uso racional.