Argentina: jóvenes contra la violencia institucional
12/05/2015
ImprimirJóvenes trabajan en el "Centro de Acceso a la Justicia" para crean su propia campaña contra la violencia institucional
En una reciente entrevista en el diario español “El País”, la estrella de fútbol Carlos Tévez confesaba que, cuando era chico y crecía en las calles de un distrito en las afueras de Buenos Aires llamado Fuerte Apache, su mayor temor era ser arrestado por la policía.
No porque hubiese hecho algo malo. Al otro lado de Argentina, los chicos que pasean por los pasillos laberínticos de proyectos de viviendas abandonadas, golpean el balón en las calles de tierra de los barrios de chabolas de baja altura, o fuman fuera de las tiendas de la esquina, saben que ser detenidos, perseguidos y posiblemente arrestados por una patrulla que hace su ronda es un escenario muy posible.
En la mayoría de los casos, no hay una razón real para ello. El pretexto más habitual es “portación de rostro” o “tener pinta de” –la apariencia es lo que les hace sospechosos. Llevar un chándal o una gorra de baseball es una circunstancia agravante. En un momento estás hablando con tus amigos, y al minuto siguiente estás de cara a la pared, tus pertenencias desperdigadas por el pavimento y unas manos cacheándote en busca de armas o drogas.
La mayoría de las veces, los transeúntes miran para otro lado, o murmuran en voz baja que "seguramente se lo merecen".
La mayoría de las veces, los chicos que son perseguidos y arrestados no tienen ni idea de sus derechos, o incluso que tienen alguno.
LLEVAR UN CHÁNDAL -O SIMPLEMENTE MALA “PINTA”- TE VUELVE SUSCEPTIBLE DE ARRESTO
La problema es tan crudo que cuando IDLO (con apoyo de EUROsociAL) realizó un taller en el norte de la provincia de Santiago del Estero para capacitar a los jóvenes en la creación de sus propias campañas de concienciación sobre los derechos, casi no había debate: la “violencia institucional” -y en particular los malos tratos que sufren los jóvenes a manos de la policía- debería estar en el centro de sus acciones.
El taller tuvo lugar en junio de 2014, en colaboración con el Ministerio de Justicia de Argentina, en el marco del Programa EUROsociAL, financiado por la Unión Europea, y fue seguido por un grupo de 16 jóvenes que trabajan en el Centro de Acceso a la Justicia.
“Cuando tenía 16 años, fui arrestado por la policía mientras regresaba a casa de una fiesta”, cuenta Manuel, un futuro estudiante de comunicaciones. “Durante dos días, mis padres no sabían dónde estaba”. Dos años después, cuando de nuevo fue arrestado en la calle, se encontró con que no había constancia de su anterior detención.
“NUNCA VOLVIÓ A SER EL MISMO”
Hay un montón de historias similares. “El hijo de un vecino volvía a casa de bailar de madrugada. Le llevaron a la comisaría de policía. Nadie sabe exactamente qué pasó allí, pero nunca volvió a ser el mismo”, cuenta una chica.
En la “tormenta de ideas” del taller salió un eslogan para la campaña -¡Las manos fuera! Tu violencia = Mi inseguridad- que dio lugar a una serie de acciones para promover la conciencia de los derechos y procedimientos que las fuerzas de seguridad deben respetar durante las investigaciones o detenciones.
Con la ayuda de la oficina del defensor del pueblo, los participantes elaboraron materiales informativos para ser distribuidos en una serie de eventos de algunos de los vecindarios más vulnerables de la ciudad.
“Elegimos mantener los eventos en las áreas donde la incidencia de detenciones a jóvenes en la calle es particularmente alta”, explica Paola Mansilla, una abogada que trabaja en el Centro de Acceso a la Justicia.
Las acciones empezaron a finales de febrero. Incluyen la pintura colectiva de un mural que lleva el lema de la campaña, un performance callejero y el lanzamiento de un espectáculo de radio “a micro abierto”.
IDLO