Este ejercicio de coordinación interinstitucional, con los insumos de las experiencias internacionales, permitió establecer una hoja de ruta para el programa nacional de uso racional de medicamentos.

Hasta el año 2013, acceder a medicamentos era un lujo para gran parte de la población salvadoreña. Como reconoció el Vice-Ministro de Salud, Eduardo Espinoza, el país conocía una situación dramática: “precios más altos del mundo, desabastecimiento de un 50%; gastos en salud del quintil más pobre dedicado en un 80% a la compra de medicamentos”. Avanzar hacia una ley de medicamentos,  que garantizará el derecho efectivo a la salud, se había convertido en una prioridad para el gobierno y en 2012, tras 2 años de resistencias y debates legislativos, se aprobó un sólido marco normativo.

Desde entonces, se han conseguido considerables mejoras en el abastecimiento (85%, según el Vice-Ministro de salud) y en el control de precios. Pero un reto sigue vigente: limitar el uso irracional de medicamentos, que tiene consecuencias negativas sobre la salud de la población y sobre el gasto en salud, afectando con mayor magnitud a las personas más vulnerables (más propensas a la automedicación, más permeables a la desinformación y más perjudicadas en términos relativos en su gasto en medicamentos). Hoy en día el 70% del gasto anual en medicamentos es privado (pagado directamente por los pacientes, sin contribución del sistema público), y el 80% de este gasto no tiene prescripción médica. Además los medicamentos más consumidos no se corresponden con el perfil epidemiológico del país.

El uso irracional, fomentado por los intereses comerciales de la industria farmacéutica, se agrava por la falta de información independiente a disposición del personal médico. Mejorar la transparencia y la elaboración (y difusión) de información independiente son por lo tanto dos prioridades para el Ministerio de Salud que, junto con la Dirección Nacional de Medicamentos, aúnan esfuerzos para poner en marcha un programa nacional de uso racional de medicamentos y un centro virtual de información independiente.

El taller sobre información independiente y uso racional, organizado los días 24 y 25 de marzo con el apoyo de EUROsociAL, programa de cooperación de la Unión Europea, ha marcado un hito en la política nacional farmacéutica. Inaugurado por el Vice-Ministro de Salud y el Director Nacional de Medicamentos, reunía por primera vez todos los actores (ministerio, regulador, instituciones aseguradoras, academia) para abordar la cuestión del uso racional. Ha sido además destacable la participación de dos instituciones: por un lado el Foro Nacional de Salud, una agrupación de organizaciones de la sociedad civil, cuyo papel es clave para asegurar la difusión del uso racional entre la población y las comunidades, y facilitar el necesario cambio cultural respecto al uso de medicamentos. Por otro lado la Secretaría de Transparencia y del Instituto de Acceso a la Información Pública, instituciones centrales para abordar la transparencia de la información sobre medicamentos.

EUROsociAL ha movilizado para este taller las experiencias de España, Argentina y Colombia. El país andino, que cuenta desde 2013 con el apoyo de EUROsociAL para implementar su programa nacional de uso racional, inicia de esta manera un partenariado sostenido con El Salvador, fruto de una reflexión sobre los aciertos y obstáculos de su propio proceso.